Al verte, ocurre lo inevitable. Pupilas dilatadas, se me acalambran las rodillas, no controlo esa risa nerviosa, tengo movimientos bruscos y torpes, me convierto automáticamente en una persona básicamente estúpida. Me desconcentro con facilidad perdiéndome en tus pupilas o abro mucho los ojos. Esos son solamente síntomas del amor.
Pero, cada vez que cierro los ojos, pienso en él.
Y por unos momentos,
la ansiedad se me va,
las pupilas se vuelven a contraer
las rodillas se aflojan
la risa sale naturalmente
mis movimientos se convierten en los de una chica normal,
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